Gracias Toro

Gracias por haber hecho de nuestras gargantas un nudo, de nuestros corazones un puño apretado, de nuestros nervios una montaña rusa. Gracias por exaltar nuestras emociones, por hacernos soñar durante 38 partidos, por hacernos reír, llorar, saltar, gritar, maldecir, creer. Gracias por el coraje, la voluntad, la intensidad, la valentía. Por lograr que cada hincha granata de cualquier rincón del mundo se haya sentido más orgulloso que nunca de su equipo en los últimos veinte años.

Gracias por la ilusión despertada, por no admitir nunca rendición, por cada parada, por cada gol. Gracias a Cerci por tirar ese maldito penalti, a Immobile por sus inmensos tantos, a Glik y Moretti por ser un muro infranqueable, a Darmian por ser un maratoniano incansable en cada partido, a Vives por el trabajo constante, a Ventura por ser el guía y líder firme de un equipo que jamás olvidaremos. Gracias por devolver al Toro al sitio que jamás debió abandonar, al lugar que le pertenece. Gracias por haberlo convertido en un bloque sólido y con aspiraciones solamente dos años después de haber conseguido el ascenso a la Serie A.

Gracias por hacer hervir nuestra sangre, por haber sudado y peleado por esa camiseta noventa minutos tras noventa minutos, por enseñarnos el camino, por rescatar nuestra fe, por hacernos volar, por luchar hasta el último hálito del último suspiro. Gracias por haber sido capaces de pasar por encima de arbitrajes nefastos, de circunstancias adversas, de lesiones, de partidos que parecían perdidos. Gracias por captar a la perfección el espíritu granata, por henchirlo de grandeza, de su grandeza. Gracias porque volveréis a intentarlo el año que viene. Por levantaros, por levantarnos. Gracias Toro, muchas gracias.